En un lapso de tiempo muy corto, una generación de familias mexicanas americanas fueron desenraizadas de lugares familiares en otros estados y traídas a un nuevo entorno en el valle de Yakima. La agricultura cimentó a los recién llegados a la economía del campo, pero sus vidas se convirtieron en mucho más que solo eso. Estas familias pioneras formaron un estrecho tejido de comunidades latinas. En el proceso de adaptar sus vidas a su nuevo entorno estos pioneros trajeron consigo su fuerza manual, iniciaron sus propios negocios, e introdujeron la cultura latina, transformando de profunda manera al valle de Yakima en el proceso.
La siguiente información es adaptada de un reporte más extenso elaborado por el Dr. Erasmo Gamboa, Profesor Emérito, Universidad de Washington. El reporte completo puede ser descargado del Departamento de Arqueologia y Conservacion Historica del Estado de Washington.
El Valle
Originalmente habitado por la gente Yakama, el valle de Yakima comenzó a recibir misioneros y habitantes blancos a partir de mediados del siglo XIX. Forzados a ceder largas áreas de sus tierras ancestrales, los Yakamas tuvieron que reubicarse en una reservacion al sur del valle. La construcción del ferrocarril del Pacífico Norte (Northern Pacific Railroad) y de un sistema de riego regional, a la par de su clima benevolente y suelo fértil, atrajo agricultores y desarrollo al valle. Para inicios del siglo XX, el valle de Yakima comienza a ganar reputación a nivel nacional como un paraíso para la agricultura. Hoy en día, sigue siendo un área extremadamente productiva para una variedad de vegetales, frutas y otros cultivos comerciales.
Braceros
La baja densidad de población del valle de Yakima significó que conforme la agricultura comercial se desarrolló a inicios del siglo XX, lo hizo estrechamente atada al trabajo de campesinos de otros lados. Al inicio, se incluyeron nativos americanos, trabajadores migrantes caucásicos, y asiáticos americanos. En las décadas de 1930s y 1940s, la demanda de productos del campo y la mano de obra migrante creció y decreció de acuerdo a la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Con el éxodo de muchos trabajadores a la industria de guerra fuera del valle de Yakima o en servicio militar, los agricultores de Yakima se enfrentaron a una escasez de mano de obra sin precedentes, una crisis principalmente mitigada por trabajadores mexicanos y mexicanos americanos.
Aunque el establecimiento latino inició en el condado de Yakima en los años 1930s, éste alcanzó su punto más alto durante la Segunda Guerra Mundial. Aunados a los mexicanos americanos llegando de otros estados al valle, también hubo trabajadores temporales mexicanos, conocidos como braceros, contratados por el gobierno de Estados Unidos para aliviar la escasez de mano de obra entre 1942 y 1947.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, los agricultores del valle de Yakima se enfrentaron a otra crisis de mano de obra debido a múltiples factores. Para mitigar esta escasez, la industria del campo de Yakima comenzó a participar en un programa nacional de trabajadores del campo enfocado en el reclutamiento de trabajadores migrantes mexicano americanos de zonas saturadas a estados urgidos de campesinos. El programa de posguerra, un esfuerzo conjunto entre empresa privada y gobierno, efectivamente logró transferir a una generación entera de familias mexicanas americanas, generalmente conocidos como Tejanos, del sur de Texas al valle de Yakima.
Comunidad y Cultura
Para finales de los años 1950s, comunidades latinas con una cultura vibrante se habían ya desarrollado en el valle de Yakima, con los primer llegados concentrados en Wapato y Toppenish, y los más recientes Tejanos localizados en Toppenish y puntos al Este de Granger, Sunnyside, Mabton y Grandview. La huella cultural de la comunidad latina en el valle de Yakima se había transformado a tal grado que mucha gente comenzó a considerar Yakima como su hogar y dejaron de migrar a Texa o Wyoming.
Otro indicativo de que tan rapido la comunidad latina se consideró a si misma como residentes del área de Yakima fue cuando latinos se unieron para participar con temas e indumentarias mexicanas y montando caballos en eventos principalmente caucásicos y en actividades culturales de los Yakama. En muchos aspectos, la comunidad latina no pudo haber escogido un mejor dia para proclamar su identidad cultural que durante el desfile local del 4 de Julio que ocurre en el centro de Toppenish, enmedio del valle de Yakima.